Hace tiempo que no actualizamos el
blog, es porque somos gente ocupada y desde que volvimos de Florida
que no hemos parado de trabajar (cosa que está muy bien por otro
lado...)
En el último post del viaje hablábamos de Gatorland, el
parque de los cocodrilos.
Al día siguiente tocaba una de las
paradas más esperadas del viaje: Disneyworld! Que aunque ya no tengamos 12 años nos
hacía igual de ilusión, no podíamos ir a Orlando y no visitar
Disney! Para empezar estuvimos pensando a cual
de los 4 parques ir: Magic Kingdom, Disney Hollywood Studios, Epcot o
Animal Kingdom. Disney ocupa una gran parte de la
ciudad y es como un mini país dentro de Orlando, con mini golfs,
hoteles, centros comerciales, cines...
Decidimos ir a Magic Kingdom, el parque
clásico del castillo Disney, las princesas y la foto oficial con
Mickey mouse.
Solamente entrar en zona Disney toda la
señalética cambia y pasa a ser de los colores oficiales con orejas
de Mickey, pagas el parking en las cajas del peaje rosa y aparcas de
forma perfectamente ordenada y calculada en un parking gigantesco,
puedes elegir zona de villanos o héroes.
Lo primero que te llama la atención es
que los empleados sonríen todo el rato, van vestidos con uniformes
ridículos y son muy mayores (algunos de 70 años o más).
Puedes elegir llegar al parque en ferry
o en monorail, elegimos la segunda opción porque nos pareció mucho
más futurista.
La llegada a Magic Kingdom es
espectacular, realmente es como estar en otro planeta donde todo está
limpio, ordenado y todo el mundo parece ser muy feliz. Lo primero que
debes hacer es comparte un libro de autógrafos oficial y un gorro
con orejas y pasear por un barrio de edificios coloniales en tonos
pastel hasta llegar a un parque donde suena música a tope y una
carroza de personajes Disney te da la bienvenida lanzando confeti en
forma de Mickey Mouse y rodea la estatua de Walt Disney.
Cruzamos por dentro el castillo,
decorado con mosaicos de la Cenicienta y descubrimos un salón de
belleza de las princesas, con mini tocadores para que las niñas se
vistan y maquillen como una auténtica princesa (del bazar chino).
Hay un catálogo de peinados y pueden elegir entre recogidos de piña
falsos o moños con purpurina. No nos dejaron entrar porque se veía a
leguas que Toni no quería ponerse un moño falso así que nos echaron y
entramos en el maravilloso mundo Disney con miles de carritos
aparcados, gordísimos en moto eléctrica y largas colas. (Hay que
tener en cuenta que era Spring Break y el 20% de Estados Unidos debía
estar ahí.) Pero pacientemente hicimos cola y entramos en la casa
encantada. Oye que bien que lo hacen los de Disney, hasta la cola
está atrezada y todo pasa la mar de ameno.
Lo que más nos sorprende del parque es
la gente, no tienen sentido del ridículo e incluso los adultos se
pasean con orejas de Mickey de las temáticas más dispares; orejas
estampado de leopardo con plumas, diamantes, lentejuelas, velos y
tiaras plateadas... todo es posible en un gorro Disney.
Luego hay
repartidas por el parque puntos estratégicos donde te puedes fotografiar con una
princesa y largas colas de niñas con tirabuzones falsos esperando
bajo el sol durante horas, al lado de sus padres (con orejas Mickey).
Otro de los highlights de la visita fue
mirar con asombro como la gente devoraba a mordiscos mientras
caminaba patas de pavo rustidas en plan salvaje y sin ningún pudor.
Luego nos dimos cuenta visitando otros parques que es un snack muy
típico por la zona. Realmente asqueroso ver los tendones y la grasa
del pavo en la mano de un señor con orejas de Mickey Mouse...
Todo Disney está lleno de eslóganes y
mensajes que dicen “Where your dreams come true” o “Let the
memories begin”. Es todo super yanki proudly made in the USA y no
falta un espectáculo de Mickey Mouse y sus amigos delante del
castillo donde el principal mensaje es todos tus sueños de harán
realidad. Ai pobres niños si supieran...
Hay muchas atracciones chulas, ahora
mismo las que mejor recordamos son la montaña rusa Space Mountain
que es al estilo TRON y es interior así que durante casi todo el
trayecto estás a oscuras y el Carousel of Progress, un teatro
circular donde las gradas se mueven alrededor del escenario y con
escenarios y autómatas ves los progresos y los cambios de las
diferentes décadas del siglo XX. Hay que decir que Walt Disney era
un gran fan de los autómatas (intentó comprar la colección de
autómatas del Tibidabo hace muchos años y no lo consiguió). Este
carrusel fue diseñado y desarrollado por Walt Disney en 1964 para
la feria internacional de Nueva York y fue muy avanzado a su época.
Space Mountain.
En la zona de Tomorrowland hay un
escenario con un dj poniendo hits y puedes bailar la conga con Chip y
Chop y Goofy. Ico bailó el limbo con Stitch y Toni se marcó un
duelo de bailes con Goofy. ¡Misión cumplida! Ya que no nos firman
autógrafos que se marquen unos bailes...
Al final de la noche vimos una
cabalgata de carrozas iluminadas, la Disney Electrical Parade que
empezó con inocentes setas hechas de bombillitas que se movían en la
oscuridad y culminó con una gran bandera americana (“To honor
America”) y la gran águila todo. Ese toque tan nacionalista yanki
que tanto les gusta.
La visita a Disneyworld tiene que
terminar con los fuegos artificiales y la visita de rigor a la tienda
de souvenirs donde hay todo lo que te puedas imaginar y más. Después
de comprar varios kilos de postales y los souvenirs más dispares nos
fuimos contentos y muertos de cansancio.
Cuando conseguimos llegar al coche
empezamos otra odisea nocturna buscando motel por Orlando. Después
de 4 horas y de muchas paradas llegamos a la conclusión que sería
imposible encontrar cama para esa noche porque había un congreso muy
importante en la ciudad y nosotros eramos unos pardillos por no haber
reservado antes (la emoción del road trip...)
Así que después de 14 horas en
Disneyworld acabamos en un McDonalds cenando ensalada cesar (lo más
sano de todo el estado) y durmiendo dentro del coche en el parking de un
motel rodeados de palmeras.
Fue un día completito pero tan
felices...