La llegada a Orlando

El jueves pasado llegamos a Orlando! A pesar de la huelga conseguimos salir sin problemas y llegamos 14 horas después de hacer escala en Atlanta. En este último vuelo era el cumpleaños de dos pasajeros y todos tuvimos que cantarle el cumpleaños feliz... los yankis son la monda. Sólo salir del avión tienes que coger un monorail con luces de neon y llegas a un gran hall lleno de palmeras con tiendas de Disney y la Nasa. Todo y tal como imaginábamos.

En el hall del aeropuerto de Orlando no faltan palmeras.

Alquilamos un coche gigante (aunque para las medidas de aquí es bastante normal) y fuimos al motel donde nos alojamos. Cada dos o días cambiamos de alojamiento dependiendo de donde nos encontramos. Los moteles son muy baratos y tienen un aire de decadencia y lujo cutre tropical bastante interesante.

Finalmente en el motel.

La ciudad es gigante, llena de bosques, palmeras y grandes lagos. Por supuesto nadie camina, y la mayoría están gordísimos. No me extraña porque en cualquier esquina te venden cualquier cosa frita y rebozada. Hay gente con pintas extremas, con pelo cardado y refrito que parece que viva en el 80. Todos los tópicos que te puedas imaginar de las películas son ciertos.

Decidimos ir a visitar el FleaWorld, un mercadillo gigante que te vendían como el más grande de américa. Consejo: no vayáis! Era un timo, casi todo era made in china y excepto una tienda de comics con un dependiente igual que el de los simpson (tamaño xxxl y coleta) no había nada más interesante.

Acabamos en una tienda de ropa de 2a mano increíble que también alquila disfraces y fueron muy amables con nosotros. Había ropa desde el 1890 hasta el 1980 muy bien conservada y estuvimos hablando con la dueña que resulta que selecciona ropa para Mad Men. La tienda se llama Orlando Vintage Clothing Co. y está en 2117 W. Fairbanks Avenue en Winter Park.

A los lados de la carretera hay miles de restaurantes drive in de fritanga, iglesias bautistas y de religiones B y miles de tiendas de coches de 2a mano.
Nos perdemos muy a menudo y acabamos en zonas residenciales con casas increíbles de colores pastel y jardines con estatuas y flamencos.

Luego fuimos a un Goodwill, un thrifstore gigante donde Toni se compró medio armario por 15 dólares y acabamos en una pastelería china con olor a lejía y pasteles de color lila.

Por la noche queríamos ir a tomar algo y fuimos a buscar el famoso volcano bar pero después de muchas vueltas nos dimos cuenta de que ya no existía, así que intentamos ir al bar de al lado que era de piratas (todo aquí es temático y de cartón piedra con un toque muy kitsch) pero ese día estaba cerrado. Acabamos en un minigolf con cocodrilos temática jungla en el que no servían bebida y acabamos en el Friday's de la esquina del motel lleno de chicas negras con looks extremísimos y mil pantallas. Ir por Orlando es una experiencia visual, hay edificios en forma de helado, de caja de patatas fritas, neones, carteles anunciando vasectomias... es el despiporre...